Comenzamos la actividad en el jardín del centro con un grupo de diez personas sentadas alrededor de un semicírculo. La terapeuta y Sunny se sitúan en medio y recuerdan de nuevo sus nombres. Sheila explica (mientras muestra un dado de peluche de diferentes colores) que, en esta sesión, realizarán un juego para estimular la memoria.
A continuación, expone las instrucciones del juego: cada uno de los participantes por turnos tirará el dado individualmente y deberá recordar el número y color que le toque. Después, Sunny le devolverá el dado y, como premio, cada uno de ellos le dará una galleta. Todos los residentes, mientras la terapeuta explica la actividad, siguen entusiasmados mirando y llamando a Sunny.
Tras la explicación, la terapeuta inicia el juego, el dado va pasando uno a uno por todos los residentes. Cuando los participantes le dan la galleta a Sunny, éste se sube a dos patas sobre su regazo. Ante esta muestra de cariño, algunos se muestran algo sorprendidos y otros juegan con el perro y le acarician o le dicen palabras de afecto.
Se realizan tres rondas siguiendo la misma dinámica y, aunque la memoria de algunos residentes en la segunda y tercera ronda comienza a fallar un poco y necesitan ayuda, se muestran contentos y disfrutan de la actividad.
Al finalizar las rondas, la terapeuta se despide de todos los participantes y se acerca con Sunny a todos aquellos que quieren acariciarle para despedirse también de él. Después, todos los participantes aplauden de manera espontánea mostrándose contentos y satisfechos por haber participado en esta nueva sesión de terapia y esperando con muchas ganas la nueva visita de Sunny.
