Es sabido que el taller de cocina aporta muchos beneficios, tanto físicos como cognitivos, pero… ¿Cuáles son esos beneficios y por qué es recomendable este tipo de talleres para las personas mayores?
Este taller consigue poder trabajar los sentidos, la comunicación y la creatividad. Además, es una actividad muy significativa para ellos y ellas, ya que la cocina siempre ha formado parte de sus vidas.
El taller de cocina es muy completo y dinámico, hay que preparar la elaboración de los platos, elegir los ingredientes que vamos a utilizar y realizar los pasos necesarios para la correcta elaboración de la receta.
Además, la cocina es muy útil para conocer o mejorar algunos aspectos de salud como:
- Saber los nutrientes y propiedades de los ingredientes necesarios.
- Promover la realización de actividades instrumentales de la vida cotidiana.
- Fomentar la toma de decisiones y reforzar la autoestima a través de cumplir metas y objetivos.
- Favorecer la motivación y el estado anímico.
- Trabajar la atención y las funciones ejecutivas a través de la realización de las recetas.
Con el taller de cocina también se trabaja la motricidad fina, ya que se utilizan constantemente las manos al cortar, batir, sujetar los platos y utensilios de cocina, etc.
También, podemos trabajar la reminiscencia conjuntamente con el taller de cocina, ya que facilita la estimulación de los recuerdos. Es una fantástica oportunidad para expresar todo lo que saben nuestros residentes sobre recetas tradicionales o explicar alguna receta familiar, despertando emociones positivas. Además, pueden aprender nuevas recetas de los otros participantes del taller.
En definitiva, el taller de cocina aporta muchos aspectos positivos como motivación, alegría o empoderamiento, entre otros.