Las estimaciones de los distintos escenarios de desarrollo demográfico señalan que en 2050 asistiremos a un importante incremento de la población española con una edad superior a los 65 años. La esperanza de vida también experimentará un importante avance hasta acercarse a los 83 años de media, siendo las mujeres españolas las que disfruten de la tasa más alta de Europa.
Nuestra sociedad envejece a un ritmo sin precedentes y, al propio tiempo, tiene una percepción negativa de las personas mayores que es preciso cambiar. Sólo dejando al margen estereotipos podremos prepararnos para afrontar este envejecimiento de la población y ofrecer a nuestros mayores una vejez digna.
Un fenómeno que provocará desafíos socioeconómicos y nuevos retos científicos, políticos y sanitarios. Sin embargo, no hay que entender el envejecimiento como una amenaza al bienestar social, sino como el resultado de los avances conseguidos en las últimas décadas y una oportunidad para adelantarnos a los problemas que irán surgiendo en el resto de países de una manera progresiva.
A nivel individual, tenemos que prepararnos física, mental y económicamente para la llegada de esta etapa de la vida, que nos permitirá emprender nuevas actividades, retomar antiguas aficiones y contribuir al desarrollo de nuestro entorno.
Con una preparación física, psicológica, social y cultural a lo largo de nuestra vida seremos capaces de disfrutar de una vejez activa y saludable. Ser personas activas, cuidar las relaciones personales, trabajar nuestra mente, tener sueños y proyectos, practicar la medicina preventiva, etc. son la base de un envejecimiento activo.
Una educación intergeneracional y relaciones directas entre jóvenes y personas mayores son fundamentales para cambiar estereotipos, de ahí que los centros geriátricos La Vostra Llar lleven a cabo proyectos con institutos, colegios y asociaciones para abrir las residencias a los más jóvenes. Un intercambio generacional que enriquece a los jóvenes y llena de vida a nuestros mayores.