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Textos del Concurs Literari de Sant Jordi 2024

Poesia:

UN ADIÓS

No albergo en tus manos el hálito,

que ampara mi amor…

Sólo siento tu mirada esquiva.

¿Existe salida en este tu camino de silencio?

Difícil es ofrecerte

tu intimidad callada.

He buscado en mi la paz…

tejiendo mis sentimientos

con el infinito silencio del adiós.

Pero dime…

¿Qué puedo hacer si siento que tu sigilo

me llama y tu voz amaga el grito?

¿Cómo puedo ser?

¿Es esperar que el viento me traiga tus palabras…?

Más recuerda que…

en la lejanía siento.

Oigo mi voz convirtiéndose en un silencio

y mi silencio en un adiós.

Família Edo Miquel

A MI MADRE

En una noche de frío invierno,

la luna prometía su mayor esplendor

y antes de su declive,

vine al mundo.

Salí del aterciopelado vientre de una mujer

que iba a ser mi madre.

Entre las dos entrelazamos

el vínculo del amor,

de aquí hacia cualquier otro espacio,

más mi conciencia no recuerda ese día,

y mi alma lo cultiva.

Madre, al pensar en lo que siento

mis palabras se anudan,

¿cómo decirte tantas cosas,

en un solo tiempo…?

Te quiero.

Lidia Edo Miquel

¿POR QUÉ NO PUEDO LLORAR?

Sentado en mi gran roca, le pregunté al viento…

!Viento! ¿Por qué no puedo llorar?

Pregúntale al mar compañero,

la lágrima es ola que no supo navegar.

¡Mar!…¿Por qué no puedo llorar?

Sentimiento profundo,

éste por el que preguntas,

mi hija lágrima fue,

más el fuego dirá…

¡Fuego…¿Por qué no puedo llorar?

Amigo, yo quise llorar y mi brasa moría,

pregúntale a la tierra, ella aprendió a amar.

¡Tierra! Escucha…

¿Por qué no puedo llorar?

Una lágrima…diamante mojado,

prisma sagrado de luz, corona de mil puntas al caer sobre mí.

¿Sabes?…

Montserrat Edo

AL MEU “YAYO”

La meva ànima plora en silenci,

per un dolor que no té nom,

el meu avi s’ha anat,   

se n’ha anat massa lluny,

i jo soc aquí, com un vaixell perdut en la boira.

Ja no puc plorar per coses petites,

perquè la meva tristesa és immensa.

És com si una part de mi hagués marxat,

i al meu cor només hi queda un gran buit.

Però sé que al cel ell estarà somrient,

cuidant de mi des d’allà dalt

i sempre, sempre estimant.

I encara que el dolor sigui gran i difícil de portar,

a la meva memòria el seu amor sempre brillarà.

Yayo, et trobo a faltar més del que puc expressar,

però sé que sempre seràs al meu cor.

I mentre les estrelles brillin al cel nocturn,

recordaré els moments passats amb tu

i somriuré en el teu record etern.

Gerard Cruz Piquer

LA VILA DEL CLOT

En un raconet de la Vila del Clot

hi havia una gran família,

avis i àvies plens de vida

amb contes i rialles ben coneguts.

Els avis ensenyaven als nets

històries de temps passats

mestres de saviesa i amor

com estrelles al firmament.

Les àvies amb llurs mans

teixint fils de records i experiències,

entre puntades i puntades

guardaven secrets i melodies!

AVIS I ÀVIES, cors sencers, plens,

bategant al ritme de la vida

enllaçant passat i futur

en la seva ETERNA DANSA compartida.

Mª Josep Buil Artigas

LA MEVA NOVA LLAR
Surts de casa teva
perquè la salut no t’ajuda
aniràs a un nou lloc
de moment desconegut.
Ara toca un altre camí
un espai que recorres amb crosses
o de marxar lent amb caminador
o de companys/es amb cadira de rodes
de records presents i/o oblidats
d’esperar nerviosa les visites.
Un temps ple d’activitats,
d’exercicis, de moure els braços i ballar
de treballar la memòria
de jugar amb globus
de gaudir del teatre i la música
d’escoltar: Què bonica estàs avui!
Que et diuen: T’estimem molt!
i reps molts i molts petons
i t’acaronen paraules boniques.
Un lloc que no és el teu
però que ara sents com la teva nova llar.

Francisco Martínez (Tercer premi)

EL VELLS ARBRES
Camino entre els arbres del bosc
i observo la immensa bellesa de la natura.
A la primavera, m’agrada veure els nous brots,
petits, verdíssims, tendres.
En general, ens agrada tot el que es nou,
allò que ens transmet joventut i futur
però quan camino entre els arbres del bosc
també em deleixo mirant els castanyers
amb els troncs rebregats , vells,
les alzines amb la seva escorça arrugada
pel pas del temps,
els roures majestuosos lluint amb orgull
les seves grans copes.
El bosc no seria tan magnífic sense aquests arbres
i llavors em ve al cap la meva mare,
i la seva plena i llarga vida.
Camino entre els arbres del bosc
i quan els observo, penso en ella.

Cristina Nolla

INFINITAS GRACIAS ABUELO

No es tu mirada la de ayer

Y yo que crecí contigo

Antes que yayo, fuiste amigo.

el amigo que me vio crecer.

I

Fuiste paz en mis enojos,

cálido manto tu regazo,

amor eterno en cada abrazo

y el primer cielo de mis ojos.

II

Tus manos fuertes fueron pilar.

Tu sonrisa motivo de algarabía.

Fuiste radiante sol que alumbro el día.

Por donde me ensañaste a caminar.

III

Por ello no alcanza el cielo,

ni el amor que cubre esta tierra.

Es este verso que en sí, encierra

mis INFINITAS GRACIAS ABUELO.

Víctor Azañedo

MADRE

Que palabra tan bonita

Que al oírla me estremezco

Que cerca de mi estás

Y que lejos.

Te gustan mis abrazos y te quieros

Tu sonrisa lo delata.

Aunque no sepas a veces

Ni quien soy

Y te digo soy tu hija

No te acuerdas?

Tú sonríes y lo aceptas.

Que pasara por tu cabeza?

Que mal tan grande es ese?

Que te aleja de los tuyos

Se lleva tus recuerdos

Y vives en tu mundo

Quiero que tus últimos años

Los vivas feliz

Y me esfuerzo cada día

Que difícil resulta

Luchar contra esa enfermedad

Llamada alzhéimer

Pero aunque tú no sepas

Quien soy yo

Yo jamás olvidare

Que tú eres mi MADRE.

Teresa Ramírez

BALLANT SARDANES

Avui he ballat sardanes,

hem arribat tot just apunt,

la tenora ja refila

i la cobla seguia el punt.

La Plaça no era plena,

tan sols érem la gent gran

agafats de la mà, amb pau serena,

esperàvem ansiosos el primer pas.

Comencem puntejant una mica

primer son curts, després seran llargs,

escoltant atents la dolça harmonia

i el nostre company que va comptant.

De cop la música s’alegra,

els braços alcem Amunt,

la rodona queda tan airosa

que tots saltem sentit-nos junts.

Però la tenora ja no refila,

la sardana toca el seu fi,

la rotllana es desfà, de mica en mica,

fins aviat amics, gràcies per ballar amb mi.

Mª Lluisa Cortés

Prosa:

EL CAMINO DEL RECUERDO

En una tranquila residencia para personas mayores, donde el tiempo parecía detenerse entre las paredes impregnadas de historias y memorias, vivía don Carlos, un anciano cuya mente se perdía en las sombras del olvido.

Don Carlos, con sus cabellos plateados y sus ojos cansados, había vivido una vida plena, llena de alegrías y tristezas, amores y despedidas. Pero el paso del tiempo había dejado su huella en su memoria, borrando los recuerdos que una vez habían dado forma a su identidad.

Cada día, don Carlos luchaba contra las sombras que se cernían sobre su mente, tratando de aferrarse a los fragmentos de su pasado que se desvanecían como humo entre sus dedos. A veces, reconocía a los rostros familiares que lo rodeaban en la residencia, pero otras veces se sentía perdido en un mar de confusión y desorientación.

A pesar de su lucha contra el olvido, don Carlos encontró consuelo en las pequeñas cosas de la vida cotidiana. Disfrutaba de los paseos por los jardines de la residencia, donde el perfume de las flores y el canto de los pájaros despertaban en su corazón emociones olvidadas. Se deleitaba con la música suave que resonaba en los pasillos, transportándolo a tiempos pasados llenos de alegría y esperanza.

Pero lo que más reconfortaba a don Carlos era la amistad y el amor de aquellos que lo rodeaban en la residencia. Aunque a veces no recordaba sus nombres o sus historias compartidas, podía sentir el afecto y la calidez que emanaban de cada gesto amable, de cada sonrisa comprensiva.

En la quietud de su habitación, don Carlos encontraba refugio en la compañía de su viejo amigo, un oso de peluche desgastado por el tiempo pero lleno de amor y ternura. Con él compartía sus pensamientos más íntimos, sus temores y sus esperanzas, encontrando consuelo en la simple presencia de su amigo de felpa.

A medida que los días se convertían en semanas y las semanas en meses, don Carlos aprendió a aceptar su nueva realidad con serenidad y resignación. Aunque sus recuerdos se desvanecían lentamente en la niebla del olvido, su espíritu seguía brillando con la luz del amor y la gratitud por cada nuevo día que se le regalaba.

Y así, en medio de la niebla del olvido, don Carlos encontró la paz en su corazón, sabiendo que, aunque sus recuerdos pudieran desvanecerse, el amor perduraría para siempre en su alma y en los corazones de aquellos que lo amaban.

Gemma Piquer (Segon Premi)

JÓVENES Y VIVENCIAS DE LOS MAYORES

Las personas mayores han tenido una vida muy diferente a la de los jóvenes de ahora. Aun así, ha sido buena y reconfortante. Desde jóvenes, han luchado y trabajado para cumplir sus deseos.

Una de sus mayores prioridades y deseos o recuerdos ha sido y son, sus familiares, centrándose en sus hijos y nietos. A muchos, les apasionaba viajar, aunque no lo salían hacer debido a los problemas económicos, les gustaba hacer excursiones por el campo y pasar tiempo andando con sus familiares.

Se sienten orgullos de la forma en la que han educado a sus hijos y son felices de que sus hijos hagan los mismo con sus nietos.

A pesar de sus dificultades económicas, sus padres se esforzaban para darles la mejor educación posible.

Las personas mayores son un gran ejemplo de esfuerzo y superación que nos enriquece mucho sus experiencias de vida.

Anna Colomé, Núria Salas y Carla Jconiquet

I PODER ABRAÇAR-TE DE NOU…

Asseguda als peus del llac dels cignes, veia l’aigua enterbolida. Els arbres es movien al vals d’un moviment circular dut pel vent de ponent. El cel era gris, semblava que volgués caure una brusca tempesta. Feia fred, i ja no quedaven aquelles margarides que creixien  enmig de l’herba verda en temps de primavera. Recordo com solíem collir-les mentre cantàvem juntes el repertori de cançons de Serrat. Llavors t’abraçava, tancava els ulls i m’oblidava de tot allò que volia separar-nos. Intentava buscar un petit forat per on evadir-me de la tragèdia. Un moment per demanar que, tu àvia, mai t’oblidessis de mi.

Llavors vaig entendre que algunes ànimes estaven fetes de pessics d’esperança i petons de bondat. No hi havia res com tancar els ulls i pensar que l’amor era la màgia que transcendia entre les escletxes d’una memòria on els records eren un complet oblit. Qualsevol cosa era més senzilla que veure com la llum més pura s’enfosquia enmig de l’eterna penombra. Aleshores tot desig era un somni i, a poc a poc, la vida s’escorria en una pèrdua desafortunada. Mai podem arribar a imaginar com alguns moments ens destrossen per dins i la consciència humana no és capaç de valorar tot allò que té. Però un dia, petits bocins de felicitat es perden enmig d’una gèlida ventada, i res torna a ser el què era.

Finalment, vaig sentir com l’Alzheimer s’enduia una de les persones que més he estimat en aquesta vida, i sens dubte, allò va canviar-me. Tu àvia, sempre havies estat la viva imatge de què significa viure. Una dona apoderada que va ensenyar-nos a estimar els detalls més simples. Una dona amb qui vaig aprendre que per moltes guerres que hàgim de lluitar en aquesta vida, l’amor, pot vèncer aquells obstacles més sòlids. Amb tu vaig entendre que s’havia d’estimar la vida, encara que, aquesta, fos cruel. Qui m’hauria de dir que els teus últims alés tindrien una gran absència de records. Qui m’hauria de dir que el més trist seria visitar-te i veure com la desconeixença s’apoderava de tu i ja no eres capaç de reconèixer-me.

Vas saber escriure a la història els versos d’una lluita que mereixies guanyar i precisament per això, el teu record restarà present mil anys més rere les estrelles. La bondat era el tribut amb què desafiaves els paranys del destí, i és que els camins més abruptes estaven concorreguts per les teves infinites ganes de viure. No hi ha dia que no posi en veu l’anhel de poder abraçar-te de nou. No hi ha dia que no demani a una dent de lleó poder asseure’m cada diumenge al teu costat. Avui, un estol de papallones difumina el teu record amb el so de les balades, mentre una d’aquestes s’atura prop la finestra i em retorna la teva màgica veu.

Alba Aumatell

REFLEXIONS

Algún dia, si tot va bé, hi arribarem.

No tothom por gaudir d’una vellesa con Déu mana.

I com mana Déu que sigui? Potser no és ell qui mana, si no com tothom pensa que li agradaria que fos.

No tots som iguals per tenir les mateixes preferències, però estic segura que tots voldríem que fos una etapa final de la vida digna, merescuda, respectada…

Tots sabem des de que naixem, que hem de morir. Quan? No ho sabem. Només tenim clar com acabarem.

Ningú vol ser una càrrega. Però potser a vegades ens envaeix un sentiment de culpabilitat que no té cap fonament. O potser si? Per quina raó hem d’arribar al final sense saber ni qui som, ni on som, ni què fem. O sabent realment el que ens està passant. Mentre hi ha vida hi ha esperança, i tothom s’aferra a ella. Intentem que els darrers moments de la vida siguin els més planers per tots. Busquem solucions, ajuda… ens trobem en una desesperació que busca una solució.

A vegades la trobem i ens sentim descansats, d’altres no sorgeix però tirem endavant. O no és així?

La vida és complicada, i la vellesa encara és una etapa… que no està solventada.

Mª Àngels Tor i Vidal

RENACER DE MARIA
En el tranquilo hogar de María, los días parecían fundirse en una suave neblina de soledad. A sus ochenta y cinco años, la compañía de los recuerdos se mezclaba con el silencio de una casa que una vez estuvo llena de risas y alboroto familiar. Sin embargo, en el corazón de María ardía una llama de esperanza, un deseo ardiente de vivir plenamente antes de cerrar los ojos por última vez.

Sentada junto a la ventana, observando el mundo que pasaba más allá de los cristales empañados por el tiempo, María recordaba los días de juventud, cuando el mundo parecía infinito y cada sueño estaba al alcance de la mano. Pero el tiempo había dejado su marca, llevándose consigo a seres queridos y dejando a María con una sensación de vacío que parecía imposible de llenar.

Sin embargo, en lo más profundo de su ser, María sabía que aún había mucho por descubrir, por experimentar y por amar. A pesar de la soledad que la rodeaba, se aferraba a la esperanza como una planta frágil que busca la luz. Había llegado el momento de dejar de mirar hacia atrás y empezar a mirar hacia adelante, de abrir su corazón a las posibilidades que el futuro aún le reservaba.

Con determinación, María decidió tomar las riendas de su vida. No permitiría que la soledad la consumiera, ni que el paso del tiempo la dejara atrás en un rincón oscuro del olvido. Se propuso vivir cada día como si fuera el último, aprovechando cada momento, cada risa y cada lágrima como si fueran tesoros preciosos que llenaban el cofre de su alma.

Así, María se aventuró fuera de los confines de su hogar, explorando el mundo que se extendía más allá de sus cuatro paredes. Descubrió la belleza en las cosas simples: el canto de los pájaros al amanecer, el aroma de las flores en primavera, la caricia del viento en su rostro arrugado. En cada pequeño detalle encontraba una razón para sonreír, para seguir adelante con renovada esperanza.

Pero lo más importante, María encontró compañía en los corazones de aquellos que también buscaban el calor humano, la amistad y el amor. Conoció a personas que compartían sus sueños, sus alegrías y sus temores, creando lazos que trascendían la distancia y el tiempo. En la sonrisa de un extraño, en la mano extendida de un amigo, María encontró el consuelo y la fortaleza para seguir adelante, incluso en los momentos más difíciles.

Y así, mientras el sol se ponía lentamente en el horizonte, María contemplaba el mundo con nuevos ojos, con un corazón lleno de gratitud y un espíritu renovado. Sabía que el viaje aún no había terminado, que cada día era una oportunidad para vivir, amar y ser feliz. Y en ese momento, en medio de la quietud del crepúsculo, María supo que, aunque el camino fuera largo y lleno de obstáculos, valía la pena recorrerlo hasta el final, con la certeza de que cada paso era un regalo, cada día una bendición y cada momento una oportunidad para vivir plenamente antes de morir.

Amparo Comes

ÁNGEL DE LA GUARDA

-Mamá, tú me diste la vida

-Mamá, dime que te preocupa, que te entristece y te consolaré.

-Mamá, dime que necesitas, que te hace feliz y saldremos a buscarlo

-Mamá, déjame darte un baño, peinar tu pelo, y cuéntame como conociste a papa

-Mamá, déjame hacer lo que tu hiciste por mi

-Mamá, quiero regalarte infinitas risas y besos, y que llegues a la línea de meta desbordando felicidad

-Mamá, déjame abrazarte con mis manos, descansa y cantemos; ángel de la guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día…

-Mamá, déjame coger tu mano y agarrarla bien fuerte para que te sientas segura.

-Mamá, te llevaré a Tarazona y pasearemos por Pradiel bajo el sol

-Mamá, quiero cansarme de verte, porque cuanto, cuantísimo, me duele pensar que algún día solo podré imaginarte

-Ojala mamá fueras eterna, pero tengo la llave, esa llave mágica que abrirá una puerta en mis sueños y nos volverá a unir en un fuerte abrazo, y volveremos a cantar…

Luis Sáenz de Buruaga

LA DANÇA DE LA VIDA

És dilluns, entro per la porta de vidre, el rellotge marca les vuit. Comença tot.

Les auxiliars, com si d’una dança es tractés, van entrant a les habitacions, l’harmonia del treball en equip ressona per tot el centre, «Que tal has dormido Charito?», » ¿Te pongo un poquito de colonia señor Francisco?», i entre bons dies i roba estesa em dirigeixo cap a la cuina, on de mica en mica surt l’aroma del primer cafè del dia. La cuinera, amb el seu salero característic ja té el carro llest amb els esmorzars personalitzats per a tots els residents. Miro l’auxiliar de neteja, com sempre, té un ull posat als que ja estan asseguts per servir-los un got d’aigua mentre els hi dona conversa.

Sec al meu lloc de treball, i em pregunto: Què tindrà aquest lloc què s’estigui tan a gust? I mentre observo com la senyora Antonia camina lentament cap a la seva taula tot saludant als més matiners, m’adono que no és el lloc, són les persones. Cada treballador/a posa el seu granet d’arena per convertir el silenci d’una última etapa en una bonica sintonia, la sintonia de l’amor, de la cura, de l’afecte per les persones, de la feina ben feta.

I somrient dono gràcies a aquest lloc per fer-me obrir els ulls, per veure que les pers nes grans ensenyen la vida en l’estat més pur, un estat d’innocència on no hi ha prejudicis, on només queda la veritat, la seva veritat. I nosaltres tan sols podem abraçar la bellesa com un regal i una lliçó per a la nostra vida.

Alba Rossell (Primer premi)

CATALUNYA I LA SEVA DIADA

La cardenera gentil es va apropar a Jesús crucificat i li volgué treure una espina, i el seu caparró va quedar tenyit de sang i sempre aquests ocells llueixen de color vermell.

Ha arribat la primavera, que les pluges que han caigut a la muntanya van ser de neu. Anava pintoreig poble de Mura a l’arribar al coll d’estenalles, uns metres més endavant vaig disfrutar d’una preciosa vista, al nostre Pirineu estava cobert d’un mant blanc. Unes petites boires adornaven el cel. Aquell moment el sol ho va il·luminar. Quina meravella! Un paisatge de postal. També les últimes pluges han fet que els nostres camps s’alimentessin lluint les seves flors. També les herbes del nostre bosc que són molts, la farigola, romaní i la mimosa, ens mostren les seves flors grogues.

Els nostres animalets del bosc poden calmar la seva set als bassals, i possiblement sortiran herbes que els podran alimentar. Molt aviat disfrutarem dels nostres patrons Sant Jordi, que les roses de molts colors i els llibres, que tots mirarem també, les sardanes que les puntejarem, i ens agafarem les mans pues és la nostra melodia i al final el Visca ens farà molt forts i valents. També serà la celebració de la nostra estimada Moreneta que des de l’imperi de la seva muntanya ens enviarà salut, amor i felicitat que tant necessitem a la nostra vellesa.

Teresa Marimon

REFLEXIÓ

Un dia en classe d’auxiliar d’infermeria el professor ens va preguntar?

  • Què cal per sobreviure?

Doncs en escoltar les respostes i pensar en la meva poca experiència viscuda, vaig respondre: «a nosaltres mateixes».

El temps em va donar la raó, els avis són aquesta la reflexió. Ells són part de tota vida d’experiències viscudes, ja que les seves històries són dignes d’escoltar, donen molt en què pensar.

Quina pena que la ment, després de tant, doni un gir sobtat i faci el retrocés. Per això i molt més, donem-l’hi aquest carinyo que tots ens mereixem.

Anaïs Romero

ADIÓS MAMÁ

Mamá es fuerte, como la gente del pueblo donde nació en la estepa de Castilla-León. Su vida fue dura, sacrificada e ingrata. Por eso se puso una coraza que le impedía expresar su amor de la forma convencional, besos, caricias y abrazos.

Mama era como el campo del pueblo donde nació,  seco y áspero como sus gentes.  Aunque en el fondo, muy en el fondo de la hierba seca, se esconde algún brote verde que generosamente se ofrece a los animales que pasan por allí.

Y la noche…   La noche en el pueblo es fría como sus gentes. La noche es oscura, enigmática y profunda como sus gentes.  En lo alto del horizonte se presentan majestuosas las estrellas en un firmamento amplio, abierto, en contraste con la oscuridad. Como sus gentes. Abiertas, pero misteriosas y profundas a la vez.

Es como describir a mamá.

Mamá es todo eso :

Es campos inertes, salvajes y áridos.

Es noche oscura, profunda fría y amplia.

Es miedo a la oscuridad.

Es profundidad impenetrable.

Es roca, es árbol, flor, mariposa y lagartija al mismo tiempo

Así es mamá. Profunda e impenetrable. Fría,  pero GENEROSA

Es agua negra profunda del lago. Es fábula, cuentos, críticas, llantos y gemidos.

Es besos hacia dentro.

Es fuerza y sostén

Es espíritu escondido en noche negra.

Es tristeza que no se ve pero se intuye

Hoy 28 de febrero de 2024,  mamá  descansó. Dejó este valle de lágrimas y se fue a un lugar hermoso.

Ha sido un proceso largo, su enfermedad de párkinson la ha tenido encerrada en su cuerpo como en una prisión, sin movimiento, sin expresión.

Cuando su enfermedad la doblegó, y su coraza se rompió. Su cuerpo retorcido en la silla de ruedas, totalmente rígido, y su dificultad para hablar,  no le impedían ahora comunicar con gestos y frases  cortas  todo su amor.

Gracias mamá, por enseñarme que el amor cada uno lo expresa de la manera que sabe hacerlo, que no existen reglas para demostrarlo, sino que el amor es hacer, con buena intención,  lo que crees que es bueno para el otro.

Gracias mamá, por haberme dado la vida, por estar ahí participando en mi evolución personal.

Estaremos juntas siempre y hasta la eternidad.

Teresa Marimon

Gràcies a tots i totes les participants del Concurs Literari de Sant Jordi 2024

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