Las actividades significativas son experiencias de aprendizaje que consiguen despertar el interés y la participación de las personas. Son especialmente importantes para la atención de las personas con demencia.
Estas actividades pueden ser tanto de carácter individualizado, tales como: rutinas del hogar, preferencias al vestir, gusto por las comidas, o también otras que nos hacen formar parte de grupos, como por ejemplo: deporte, ocio y aficiones. Mantenernos ocupados a lo largo de toda nuestra vida, nos aporta beneficios, tanto a nivel físico como psicológico. Por ese motivo, en las residencias y centros de día La Vostra Llar, proporcionamos a nuestros usuarios espacios y momentos que les permitan seguir llevando a cabo las actividades que para ellos siempre han sido importantes.
¿Cómo podemos saber qué actividades son significativas para cada persona?
Esta es una tarea que requiere tiempo y dedicación. Además, son múltiples los factores a tener en cuenta. Comenzaremos por conocer la historia de vida de cada usuario, saber cuál ha sido su pasado nos aportará una valiosa información. De la misma forma, deberemos informarnos de cuál es su momento vital actual y que le gustaría para su futuro. Como profesionales, deberemos también ser capaces de observar cuáles son sus capacidades actuales. De esta forma podremos diseñar una intervención adecuada según el perfil de cada usuario, con la intencionalidad de preservar sus habilidades, autonomía e independencia.
No menos importante será adaptar las tareas, acompañarla en su desempeño y colaborar con ellas cuando presente alguna dificultad. Así como identificar sus reacciones, ya que estas nos darán pistas sobre si la persona está disfrutando de la tarea, o por el contrario, muestra aburrimiento o escaso interés. Con el paso del tiempo las personas pueden modificar sus gustos y preferencias. Deberemos ser capaces de detectar estas cuestiones para llevar a cabo las modificaciones oportunas en cada momento de la intervención.
Como veis, una cuestión que en principio puede resultar obvia, toma una especial relevancia cuando se llega a la etapa de la tercera edad. Pero no por ello es menos importante, ya que todos tenemos derecho a vivir como nos gusta, aunque las circunstancias nos lleven a tener que compartir tiempo y espacio en centros de día o residencias.