La incorporación del arte en intervenciones con personas que padecen demencia se puede abordar desde dos áreas relacionadas, pero diferentes entre si: una de ellas es la arteterapia y la otra es la educación artística.
Las dos buscan favorecer la calidad de vida, así como el incremento de la autoestima, con frecuencia debilitada a causa de las pérdidas asociadas a la evolución de las patologías de las personas mayores.
Aunque presenten similitudes, es necesario diferenciarlas para evitar confusiones:
Se considera arteterapia a la forma de intervención psicoterapéutica que utiliza las artes plásticas como un camino para recuperar la salud mental y el bienestar emocional del paciente. Puede ayudar a la persona que padece una demencia a contactar con su yo interior y a potenciar sus recursos internos.
La educación artística difiere de la anterior en que busca revelar el poder de la persona para encontrar su satisfacción. Ayuda al participante a canalizar sus emociones mediante la expresión y el desarrollo de la cultura.
Muchos especialistas e investigadores consideran que la terapia del arte puede ser beneficiosa para personas con demencia, ya que actúa como una intervención no farmacológica y reduce el estrés asociado a la enfermedad.
El arte, en general, junto con la educación artística, pueden generar, en las personas mayores que padecen alguna patología asociada a la demencia, emociones que les ayuden a gestionar mejor algunas necesidades psicológicas insatisfechas.
Bernie Siegel, pionero en el campo de la medicina mente-cuerpo, señaló: “Me gustaría que todos los médicos añadieran una caja de lapiceros de colores en sus herramientas de diagnóstico y terapia”. Las evidencias corroboran la importancia que, desde las residencias y centros de día La Vostra Llar, damos a la incorporación de las artes plásticas en forma de arteterapia y educación artística en nuestras actividades.