La violencia en nuestra sociedad es un grave problema social y uno de los ámbitos donde se produce con mayor frecuencia es la pareja. Según Lorena Arenas (2013), el motivo por el cual la violencia de género perdura en el tiempo se debe principalmente a las diferentes manifestaciones de un sistema de creencias, actitudes, roles y estereotipos asumidos desde la desigualdad entre sexos. El género se refiere a las características de las mujeres y los hombres definidas por la sociedad, como las normas, los roles y las relaciones que existen entre ellos. Lo que se espera de uno y otro género varía de una cultura a otra y puede cambiar con el tiempo.
Tal y como señala, María Pilar Matud (2012): “La socialización de género se caracteriza por ser un proceso de aprendizaje que tiene lugar a lo largo de toda la vida y que comporta la interiorización y/o práctica de roles diferenciados en función del sexo asignado al nacer”. Según Alba González Palomares (1999), los estereotipos de género se refieren a las creencias consensuadas sobre las diferentes características de los hombres y las mujeres en nuestra sociedad. Estos estereotipos, incluyen características muy amplias que van desde actitudes e intereses, hasta conductas, personalidad, apariencia física y ocupaciones.
La sociología estudia los roles sociales de género existentes en el comportamiento de los hombres y las mujeres, así como las importantes diferencias en el reparto de los roles entre ambos géneros, que dependen de cada sociedad, cultura, lugar y época. Roles que están muy presentes en nuestra sociedad, medios de comunicación, publicidad, lenguaje, asignación de responsabilidades y obligaciones. Por ejemplo, en el mundo occidental, uno de los roles asignados tradicionalmente a los hombres es el de ser responsables de las actividades productivas y de representación política, mientras que uno de los roles asignados tradicionalmente a las mujeres es el de ser responsables de las relaciones afectivas, cuidar del hogar y de las personas dependientes.
A lo largo de la historia, el hombre ha adoptado un rol muy diferente al de la mujer. La mujer se ha ocupado del cuidado de la casa, mientras que el rol del hombre se ha relacionado con el ámbito del trabajo. Una situación que se ha ido transformado en las generaciones más jóvenes, aunque todavía quedan muchos estereotipos que se deben eliminar de la sociedad.
