La parafina es un hidrocarburo blanco que por su aspecto maleable y su alta conductibilidad térmica se utiliza como agente terapéutico y calmante del dolor en procesos reumatológicos, artríticos, contracturas, rigidez, tendinitis o torceduras.
La manera más común de aplicar el tratamiento de parafina es sumergir la zona a tratar (normalmente manos o pies) en un recipiente que contenga parafina. La temperatura debe oscilar entre los 50 y los 55 grados. Si la zona no se puede sumergir directamente, se debe aplicar el producto directamente sobre la zona afectada.
Una vez que la parafina está impregnada en la piel, se debe dejar enfriar lentamente. Así se permite que se forme una película que guardará el calor en la zona. En muchas ocasiones es conveniente envolver la zona con plásticos para que el calor se guarde durante más tiempo.
Además, su uso permite mejorar la hidratación de la piel. Al aumentar el flujo sanguíneo de la zona donde se aplique, se permite mantener una piel mucho más joven y saludable durante un largo tiempo.
Beneficios de los tratamientos de parafina en personas mayores:
- Alivio del dolor
- Mejora de la circulación
- Hidratación de la piel
- Relajación muscular
- Alivio del estrés
En las residencias de ancianos La Vostra Llar damos los mejores cuidados y atención centrada en la persona.